Llega la primavera/A primavera está aquí

20.03.2019

Volvemos a acercarnos al equinoccio, ese momento astronómico que se da dos veces en el recorrido de nuestro planeta alrededor del Sol. Y como cada año la Tierra durante este día se encuentra perfectamente dividida entre la luz y la oscuridad.

El equinoccio de primavera es el momento en el cual festejamos la llegada de la primavera, quizás el cambio de ciclo más evidente y de mayor afección sobre nuestro espíritu y entorno. En la Sagrada Naturaleza vemos a las Diosas de Iberia relacionadas con la fertilidad en su máximo esplendor. Los campos, los bosques, los animales, hasta en las altas cumbres de nuestras montañas vemos una explosión de vida. Es el momento en el que nos descargamos de las densas energías acumuladas durante el invierno y las renovamos con otras mucho más ligeras, alegres, vivificadoras.

La creciente fuerza del astro rey viene acompañada de la fertilidad que nuestras Diosas arrojan sobre la aún fría tierra, haciendo que la Esencia de Toda Simiente inunde todo de color. Las criaturas silvestres recién nacidas se aventuran fuera de sus madrigueras, los árboles terminan de vestirse de verde y los vivos colores de las flores atraen a millares de insectos que buscan alimentarse. Es el renacer de la vida, la prueba palpable de la fertilidad de Iberia, el renacimiento de nuestras Diosas primaverales que, como cada año, retornan del inframundo para empujar la vida a un nuevo estadio. Es el devenir del eterno ciclo, el Todo encerrado en la parte, el cambio de energía interior que, bien manejado, nos hará avanzar a nivel espiritual.

Es tiempo de festejar a nuestras Diosas, de venerar a través del fuego y de las danzas a las Eternas Deidades de Iberia que nos procuran el cálido aliento de la vida, que mantienen todo en orden y en constante movimiento para guardar el necesario equilibrio. Es momento de purificar nuestros cuerpos y mentes mediante rituales domésticos en los que fuego, agua y flores tomen el protagonismo. Es momento de despertar la pasión, la creatividad, de comenzar nuevos proyectos y de celebrar ser parte de Iberia.

En nuestros rituales domésticos de esta señalada fecha, deberemos acordarnos de Ataecina, Magna Diosa que rige el Inframundo y nos trae la primavera con su presencia. A Ella, Excelsa Señora, dedicaremos ofrendas de flores, de tiernos brotes y libaciones de agua fresca. A Ella y a todas las Diosas de Iberia ofrecemos nuestras oraciones, nuestro espíritu se regocija ante su magnanimidad y las honramos por cuanto nos ofrecen.

A primavera está aqui.

Voltamos ao equinócio, aquele momento astronômico que ocorre duas vezes no curso de nosso planeta ao redor do Sol. E como todo ano a Terra durante este dia é perfeitamente dividida entre luz e escuridão.

O equinócio da primavera é o momento em que celebramos a chegada da primavera, talvez a mais evidente mudança de ciclo e de maior afeto em nosso espírito e ambiente. Na Natureza Sagrada, vemos as deusas da Ibéria relacionadas à fertilidade em seu esplendor máximo. Os campos, as florestas, os animais, mesmo nos altos picos das nossas montanhas, vemos uma explosão de vida. É o momento em que descarregamos as densas energias acumuladas durante o inverno e as renovamos com outras muito mais leves, alegres, vivificantes.

A força crescente do rei das estrelas é acompanhada pela fertilidade que nossas deusas derramam sobre a terra ainda fria, fazendo com que a essência de todas as sementes inunde tudo com cor. Criaturas selvagens recém-nascidas saem de suas tocas, as árvores acabam se vestindo de verde e as cores brilhantes das flores atraem milhares de insetos que procuram se alimentar. É o renascimento da vida, a prova palpável da fertilidade da Ibéria, o renascimento das nossas deusas da primavera que, como todos os anos, retornam do submundo para levar a vida a um novo estágio. É o devir do ciclo eterno, o Todo fechado na parte, a mudança de energia interior que, bem administrada, nos fará avançar em um nível espiritual.

Chegou a hora de celebrar nossas deusas, de venerar através do fogo e de dançar as Deidades Eternas da Ibéria que nos dão o sopro quente da vida, que mantém tudo em ordem e em constante movimento para manter o equilíbrio necessário. É hora de purificar nossos corpos e mentes através de rituais domésticos nos quais o fogo, a água e as flores tomam o centro do palco. É hora de despertar paixão, criatividade, iniciar novos projetos e celebrar o fato de fazer parte da Iberia.

Em nossos rituais domésticos desta data marcada, devemos nos lembrar de Ataecina, Magna Diosa, que governa o Mundo Inferior e nos traz a primavera com sua presença. A ela, Excelsa Señora, dedicaremos oferendas de flores, de botões tenros e libações de água doce. Oferecemos nossas orações a Ela e a todas as deusas da Ibéria, nosso espírito se regozija com sua magnanimidade e as honramos pelo que nos oferecem.

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